Presentación

Este blog pretende mostrar un resumen de la actividad docente desarrollada en el grupo a mi cargo desde el curso 2011-12 y algunas experiencias en cursos anteriores del extinto plan de estudios (Plan 98).

La enseñanza de Proyectos en el actual plan de estudios, queda desdoblada en dos asignaturas paralelas en cada semestre (Proyectos  y Taller de Arquitectura) y en cada uno de los cursos desde segundo a quinto, siendo Proyectos 3 y 4 y Taller de Arquitectura 1 y 2 las correspondientes a segundo.

Con esta estructura de cuatro asignaturas en el curso, parece conveniente establecer algunos mecanismos de continuidad y complementariedad, de forma que se pueda aprovechar la especificidad de cada una de ellas tanto en los bloques temáticos que las definen (CASA en P3 y TA1 y BLOQUE en P4 y TA2) como en el planteamiento docente: Mientras que los Talleres de Arquitectura, con un equipo docente interdepartamental, tienen un planteamiento práctico y su cometido principal es mostrar la necesidad de la integración multidisciplinar en la elaboración de un proyecto arquitectónico, las asignaturas de Proyectos podrían plantearse, más allá del enfoque práctico o del acercamiento a un tema concreto, abordar la práctica proyectual reflexionando sobre el proceso mismo, de forma que permita al estudiante ir encontrando las herramientas, los materiales y el método para enfrentarse a la tarea de proyectar.

Además de la coincidencia y continuidad en el tema de la vivienda (unifamiliar y colectiva) que ya se deriva del propio plan de estudios, se plantea también la coincidencia en un mismo ámbito territorial de todos los lugares de intervención de cada curso,  aunque con una complementariedad en las problemáticas a abordar, de forma que dentro de ese ámbito unas asignaturas se centrarán en el tejido urbano consolidado mientras que otras lo harán en espacios periféricos (periurbanos, rurales antropizados o naturales). Surgirán así intervenciones que partiendo de la base común del habitar, prestarán más atención a problemáticas concretas como el crecimiento, la ocupación y la colonización en unos casos y  la transformación, la reutilización y la regeneración en otros.

Con este planteamiento,  dentro de una temática general que podríamos titular como  «Vivienda y lugar» se proponen temas cuyos títulos son: Habitar la ciudad compacta, Habitar la periferia o Habitar el vacío y subtítulos como Colonizando o Regenerando.

Conscientes de que en los primeros cursos de formación del arquitecto resulta de enorme importancia atender al «método proyectual», lo haremos desde la convicción de que el arquitecto no crea de la nada, sino que, inmerso en la sociedad y la cultura de su tiempo, parte de las aspiraciones y necesidades de los usuarios; conoce, a través del estudio de la arquitectura, experiencias ajenas que le muestran soluciones ejemplares a problemas similares y recicla soluciones e ideas propias. Todo ello para afrontar cada proyecto como un proceso intelectual en el que,  con espíritu creativo, actitud crítica y método científico, se intente realizar alguna aportación a la cultura arquitectónica.

En ese proceso intelectual complejo y abierto, integrador de múltiples disciplinas, que ha de responder a condicionantes diversos, tendremos en cuenta entre otros aspectos:

EL ESTUDIO DE LA ARQUITECTURA.

El proyecto arquitectónico no es pura invención, fruto sin más de la capacidad creativa del arquitecto a partir del planteamiento de un problema, sino el resultado de una acción intelectual que debe alejarse de la necesidad imperiosa de la novedad y acercarse a la asunción y manipulación de experiencias ajenas. El pasado siempre nos ofrece obras que, analizadas detenidamente, estudiadas en sus múltiples aspectos, observadas más allá de lo evidente, nos muestran su lógica interna, su esencia. A partir del conocimiento y análisis crítico de estas experiencias y con la concurrencia de los demás factores que inciden en cada proyecto concreto, el arquitecto, con su sentido del orden, deberá buscar de forma coherente la solución más adecuada.

EL LUGAR.

Entendido como soporte físico y hecho cultural. Cada lugar contiene la capacidad de hacer única cada obra arquitectónica. Los planteamientos genéricos, las ideas y conceptos, las necesidades y aspiraciones de los usuarios, las alternativas materiales y constructivas…., todo se concreta, se particulariza, se hace único atendiendo a las características (físicas, históricas y culturales) del lugar. El análisis y conocimiento del lugar, su entorno, topografía, vegetación, cualidades materiales del suelo, accidentes, límites, bordes, preexistencias, así como la evolución histórica de éstos y la incidencia en los mismos de la actividad humana, ayudará a encontrar las herramientas útiles para su transformación enriquecedora. En este sentido nos interesa una idea de lugar-paisaje que supera su visión como algo estático, natural o vacío, para entenderlo más  como conjunto interactivo de elementos de muy distinta naturaleza, sometidos a transformaciones derivadas de la actividad humana, en el que la arquitectura puede tener un papel determinante.
Trabajos realizados (por curso)

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